|
CAPELLANÍA DE SAN ANTONIO ABAD "SAN ANTÓN" RETABLO “LAS TENTACIONES DE SAN ANTONIO ABAD - DEL MAESTRO DE VILLAFÁFILA” IGLESIA DE SANTA MARÍA DEL MORAL - VILLAFÁFILA |
|
|
|
Capellanía de San Antonio Abad Fundada en el siglo XV, o principios del XVI, y dotada por María Fernández, mujer que fue de Fernando Fernández en la iglesia de Santa María del Moral de Villafáfila. Tenía 48 fanegas, distribuidas en 18 fincas y 1 viña (en Valdeloma), de 1/2 fanegas, que rentaban 4 cargas de pan mediano; y tenía por carga 100 misas anuales. Que tanto Fernando Fernández y su mujer María Fernández fueron representados en el retablo de San Antonio Abad, las tentaciones de San Antonio, del “Maestro de Villafáfila” ya que fueron los donantes y patronos del retablo esta última fue posteriormente fundadora de la capellanía, los personajes aparecen arrodillados donde se aprecia un varón orante con ropilla roja, y una señora junto a los santos San Antonio y Santo Domingo de Guzmán, pintados a escala mucho menor
Capellanía o Patronato de Legos, fundado en la parroquial de Santa María del Moral de Villafáfila, posiblemente a finales del siglo XV, y en todo caso antes de 1504, por María Fernández, viuda de Fernán Fernández, vecina de Villafáfila, de presentación de los patronos, pues desde ese año la gozaba Diego de Robles[1], arcipreste de Villafáfila. Tenía de cargo el decir 50 misas rezadas al año. Cinco familias de la villa figuraban como patronos que gozaban entre sí de una heredad de tierras y que tenían derecho de enterramiento en la capilla. Poco sabemos de los fundadores que tal vez estuvieran representados por el orante con ropilla roja y la señora representados en una de las tablas del banco. María Fernández ya figura como viuda en el padrón de 1497. Sabemos que habían sido propietarios de una explotación salinera en Villafáfila, actividad industrial, de la que participaban en el siglo XV los principales vecinos de la villa, así clérigos, pecheros o hijosdalgos, pues se documenta en 1500 a: “una María Fernández vezina de la dicha villa que tenya una cabaña e arrendaba el monte de dicho don Pedro Pimentel[2] para faser sal en ella”[3]; En los apeos de cabañas de hacer sal de 1522 y 1528 se mencionan una cabaña y varias posadas de hacer sal, que pertenecían a la capilla de San Antonio, procedentes, sin duda, de los bienes dotales de la misma. Los patronos en 1647 son Diego de Traslago Macías Martínez, Antº Simón, Salvador de Villalba y Juan Pedrero de Bretó. En 1662 Antº Simón, Salvador Villalba, Antº Martínez, Juan García, viudo de Luisa Martínez y la viuda de Diego de Treslago. A principios del siglo XVIII los derechos de patronato recaen por herencia en la familia de los Costilla, y es capellán Pedro Costilla. En 1752 figuran como bienes del patronato tenía 48 fanegas, distribuidas en 18 fincas y 1 viña (en Valdeloma), de 1/2 fanegas, que rentaban 4 cargas de pan mediano; y tenía por carga 100 misas anuales. Todavía en 1822 se mencionan a las familias que tienen a cargo el patronato: D. Teódulo Orduña. D. Gabriel Costilla, el curador del dos hijas menores de don Gaspar Costilla, recién fallecido, Alonso Gutiérrez y Manuel Castillo. Con la desamortización las tierras pasaron a la propiedad efectiva de los patronos abonando una pequeña cantidad a la Hacienda Pública. Fiestas de San Antonio Abad “San Antón”, subasta del cerdo de San Antón La fiesta de San Antonio Abad era muy celebrada en Villafáfila, como devoción de la iglesia de Santa María del Moral, con la manutención del cerdo, la costumbre de criar uno o más cerdos que se subastaban el día 17 de enero para sacar limosnas con las que sufragar los gastos de la función de ese día, que se hacía ante el altar del santo y a la puerta de Santa María donde se acudía con los animales de labor engalanados para la ocasión. Se conservan las cuentas que recibía el santo entre 1847 y 1893 de las limosnas cuyo importe resultante de la subasta se destina a sufragar los gastos de la Fundación del Santo y unos años se rifaba el cerdo y otros no, según se hubiera criado por las calles el “marrano Antón”. En las cuentas de 1821 Leemos: “Dos celemines para la manutención de una cerda de San Antonio”. Otras veces se dice “el cerdo Antón”[4]. El último año de que se tiene constancia de subasta del marrano fue en 1880 que valió 328 reales. En Villafáfila pervivía la tradición en las fiestas de San Antón, hasta los años sesenta del siglo XX, donde se celebraba con gran solemnidad la festividad de San Antonio Abad, “San Antón”, patrono de los animales. En la liturgia se bendecía a los animales ante su imagen en el día de la fiesta y se recitaban los llamados refranes de “San Antón”, que eran pequeñas rimas recitadas por la quintada del año en burro, y parodiando acontecimientos que habían ocurrido el año antes en el pueblo o al propio santo. ¡O San Antón Glorioso! que estas en esa tronera, con el ojo de cristal, y el pito de madera[5]. También era típico entre la juventud, el tirar paja a la portalada de las casas, o lo que llamamos “echar marranas”, aún entre vecinos alguna se hace dejarla a la puerta como la de la fotografía.
En la actualidad el día de su fiesta se realiza una misa, con la bendición de animales vecinos acerca a bendecir a la puerta de la iglesia y otras lleva agua bendita para bendecirlos en sus casas.
Retablo de San Antonio Abad, del Maestro de Villafáfila, Las Tentaciones de San Antonio. Pertenencia del Retablo de San Antonio Abad y ubicación en la iglesia de Santa María del Moral El retablo pertenecía a la capellanía o patronato de legos de San Antonio Abad, que tenía en la iglesia de Santa María del Moral, situado el retablo de la parte lateral de la nave de naciente o epístola, 1º tramo (lado derecho)[7], que estuvo desde principios del s. XV hasta 1908, un retablo a bese de unas tablas, pintadas la vida y tentaciones de San Antonio Abad. En los altares que hubo en Santa María del Moral como especifica en el (Lib. Fáb. Santa María del Moral, 1692-1771. pág 17), se mencionan los alteres habidos entre ellos el de: “San Antonio Abad”[8].
1815 en el inventario leemos: “La capilla de mano derecha consta de dos altares, uno del Cristo de la Misericordia, que está al frente, y otro de San Antonio Abad. La capilla de la otra mano consta igualmente de dos altares, uno que lo es de Ntra. Sra. del Rosario, y otro de Santa Isabel”[9]. Este retablo estuvo hasta 1908, que fue vendido al Obispado de Astorga.
Autor del Retablo de San Antonio Abad el “Maestro de Villafáfila” Para denominar al autor anónimo de las pinturas pertenecientes al retablo dedicado a San Antonio Abad realizado para una capilla de la iglesia de Santa María de Villafáfila (Zamora), al que se le ha denominado “Maestro de Villafáfila” este nombre fue propuesto por D. Manuel la Granja Alonso a la pos de un pequeño estudio por su parte “El carácter dramático y caricaturesco en la pintura hispano-flamenca (siglos XV-XVI): Las tentaciones de San Antonio Abad del Maestro de Villafáfila en el Museo de la Catedral de Astorga” [10]. D. Jesús Cuesta Salado en su trabajo “Pintores Hispanos-Flamencos en el nordeste de la provincia de Zamora”[11], hace referencia así denominado Maestro de Villafáfila, por tratarse de un conjunto uniforme, con un número suficiente de pinturas, de estilo unitario, y cuyo autor es un pintor anónimo, considero correcta la denominación de “Maestro de Villafáfila” al proceder de este lugar el mayor conjunto de pinturas conocidas de este pintor, si bien no son las únicas, pues hubo otras debidas al mismo maestro en Villalobos (Zamora), y otra que se conserva en Benavente. Dos décadas más tarde Post[12] vio en esa ciudad algunas tablas, no todas, expuestas en el museo catedralicio. En la actualidad se exponen juntas en una misma sala, la del Obispo Castellfort[13]. Post[14] relacionó el estilo de estas pinturas con otras que asignaba a Juan Flamenco y que en la actualidad están catalogadas como obra del “Maestro de Miraflores”. Pueden verse parecidos y coincidencias en la composición y también en algunos tipos humanos, pero el pintor burgalés individualiza más los rostros y cuenta con recursos pictóricos superiores. Las pinturas del Maestro de Villafáfila realizadas en Villafáfila y de Villalobos presentan las mismas características. El estilo del autor no parece haber evolucionado entre la ejecución de unas y otras, así que seguramente se realizaron en fechas cercanas. D. Manuel Gómez Moreno[15] aún pudo ver las pinturas en el lugar para el que fueron hechas, aunque al publicarse el Catálogo Monumental de la provincia de Zamora ya anunció su traslado a Astorga, más adelante daremos detalle de ello. Retablo de San Antonio Abad del “Maestro de Villafáfila” que fueron vendidas al Obispado de Astorga en 1908, se encuentra en el Museo del obispado, juntas en una misma sala, la del Obispo Castellfort[16]. Retablo de San Antonio Abad: Vida, tentaciones, tormentos y muerte. El retablo de estilo gótico-hispano-flamenco, finales del siglo XV, o principios del XVI, autor Maestro de Villafáfila. Retablo formado por siete tablas pintadas al óleo: tres de predela o banco y cuatro de cuerpo. Tres tablas de predela o banco Las tres tablas, hoy sin marco, iban colocadas de prelada o banco del retablo original de izquierda a derecha son a cada lado una pareja de santos y en el centro 1º izquierda: San Francisco y San Antonio. 2º centro: La piedad[17] o Llanto sobre Cristo muerto[18]. 3º derecha: Santo Domingo de Guzmán y San Pedro de Verona. Con sus nombres grabados en el oro de los nimbos, el fondo de las tablas imitaba brocados. Las escenas resultan, a juicio de Manuel Gómez Moreno: “inocentes en su composición, duras y sombrías de tono, sin ambiente ni arreglada perspectiva, rostros feos y de expresión torpe y grotesca”. Los personajes arrodillados donde aparece un varón orante con ropilla roja, y una señora” junto a los santos San Antonio y Santo Domingo de Guzmán, pintados a escala mucho menor, representan a los donantes y patronos del retablo comitentes del retablo Fernando Fernández y su mujer María Fernández esta última fue posteriormente fundadora de la capellanía, según costumbre de la época y religiosidad castellana.
1º izquierda: San Francisco y Santos Antonio Los dos santos cubiertos con sayales, San Francisco recibiendo los estigmas, y San Antonio con un donante.
2º la Piedad o Llanto sobre Cristo muerto
3º Santo Domingo de Guzmán y San Pedro de Verona Santo Domingo de Guzmán, con el tradicional libro y el ramo con alusión a la pureza, cubiertos con túnica y mantos, y junto con una donante María Fernández los santos cubiertos con túnica y mantos y San Pedro de Verona, mártir, con herida en la cabeza y espada clavada.
Cuatro tablas de cuerpo Las cuatro mayores representan a San Antonio repartiendo limosna, las tentaciones del santo, con su tortura y apaleamiento por los demonios y su entierro. Miden 100 x 80 cm. y se encuentran enmarcadas bajo chambranas góticas. En las tablas del cuerpo, enmarquetadas en madera con estilo gótico, aparece el santo coronado con nimbo dorado, vestimenta con túnica de color claro, escapulario y manto oscuro, que cae en pliegues verticales, excepto cuando la posición del santo lo impide. Son las vestiduras de un ermitaño. No representan perspectiva y para dar la sensación de ésta se acude a la diferente posición de los personajes que en las tablas intervienen; por ello, el santo siempre va colocado en primer lugar. En tres de sus cuatro cuadros se pintan sencillas iglesias góticas, con puertas y ventanas bajo arco conopial y espadaña con campana. El resto del paisaje es muy simple: simulación de arboledas y espacios rocosos, por ejemplo, para sin individualizar sus componentes. Sus figuras, en algunas tablas muestran malformaciones y rostros feos con expresiones toscas y grotescas, inocentes en sus composiciones, pero duras. I VIDA Representa al santo dando limosna a diversos personajes: cojos y tullidos, que se apoyan en muletas yacen en el suelo. En disconformidad, los rostros de estos son normales e igualmente sus vestiduras. En el fondo aparece la puerta de un aposento elevado, seguido de una arboleda oscura. La escena representa la vida del santo dedicada al socorro de los necesitados.
Esta tabla fue expuesta en la Las Edades del Hombre 2024: Villafranca del Bierzo y Santiago de Compostela, bajo el título «Peregrinos del Alma»[19].
II TENTACIÓN: San Antonio se encuentra sentado, sosteniendo en sus rodillas un libro abierto. Sus vestiduras están curvadas a fin de acomodarse a esa posición. Le tienta un monstruo de cuya cabeza y espalda salen ganchos y plumas. Sus pies están deformados y también se observa la cola. En la parte izquierda de la tabla se encuentra una iglesia de estilo gótico, en su puerta se dibuja un ángel alado. En la derecha hay una pequeña arboleda. La escena representa las tentaciones a que es sometido el santo por el demonio.
III TORTURAS En esta tabla el ermitaño yace con los brazos abiertos y expresión temerosa, sobre una caja que le sirve de lecho. Está acosado por figuras monstruosas, desnudad, que le golean con palos. Una de ellas está sobre su cuerpo y presenta un aspecto perruno, por la prominencia de su boca. Son seres demoníacos que infunden terror. En el paisaje se dibuja la iglesia gótica y un montículo rocoso. La escena representa el terror e indefensión del santo ante las torturas a que está siendo sometido. Este cuadro fue expuesto en las Edades del hombre en Valladolid, en 1988.
IV MUERTE El santo muerto aparece en posición inclinada, sostenido por otro ermitaño que le saca de su lecho, y contemplado por un demonio alado, que huye sosteniendo una nube. La escena es observada por unos personajes sorprendidos, con expresión venerativa, vestidos con noble indumentaria, propia de la época. El primero de ellos -más destacado- lleva un largo manto plegado longitudinalmente, que deja ver la saya y unas calzas rojas que terminan cubiertas por botas altas, según el vestido masculino de entonces. En el fondo se dibuja el lecho, en forma de caja, la iglesia gótica y una ciudad amurallada, con su puerta defendida por dos altas torres en cúpula. La escena representa la muerte de san Antonio Abad con la veneración de los creyentes.
La coloración de los mantos de los personajes corresponde a colores vivos: rojos y verdes, principalmente, y grisolía, sobre todo en los del banco o predela. El maestro de Villafáfila, no sigue totalmente los estilos de Fernando Gallego y del Maestro de Ávila, Tiene aspectos propios y diferentes de ambos pintores. Presenta siempre a sus santos con las cabezas redondeadas de nimbos dorados. Sus iglesias son siempre de torres de espadaña, como las iglesias de castellanas. En otros aspectos son totalmente coincidentes, pues sus personajes, como aquellos, presentan gentes necesitadas y enfermas, así como otras con nobles vestiduras, según vestían las gentes poderosas del siglo. El Maestro de Villafáfila tiene un estilo propio, muy castellano. Desconocemos su origen, pero éste pinta a Castilla y Villafáfila, con sus torres y personajes de la época. En su favor hay decir que actualmente, limpias y restauradas, las tablas muestran mayor luminosidad y colores más vivos, pero los personajes adolecen de falta de movilidad y apenas se individualizan los rostros. Su autor tiene dificultades en la composición y en el tratamiento de la perspectiva. Parece suplir estas carencias aplicándose en algunos detalles, en el empleo de brocados para fondos y ropajes, o intentando hacer creíble los paisajes lejanos de rocas y árboles. Estamos pues ante un pintor joven con cierto oficio y estilo propio que, a falta de otros maestros más cualificados, se hizo cargo de diferentes obras para las iglesias y clientes de la comarca en la cual residía. Se trata de un pintor novel porque, años más tarde, e influido por otro artista que también trabajó en Benavente, pinta una tabla que hoy se encuentra en la iglesia de San Juan del Mercado de esa localidad donde puede apreciarse una clara mejoría en el estilo. La figura de San Antonio repartiendo limosna de Villafáfila tiene su doble en José de Arimatea, y el rostro de San Félix en la escena del apresamiento de Villalobos es idéntico al Nicodemo de Benavente. El cuerpo muerto de Cristo, pequeño en relación con el tamaño de su madre, presenta las mismas características que el yacente desnudo de la pintura del museo de Astorga y que el de San Félix arrastrado por los caballos de Villalobos. La dificultad a la hora de pintar las orejas visibles de los personajes es idéntica en los tres casos. Las melenas largas, divididas en guedejas, que sobresalen del tocado del San Antonio de Villafáfila se repiten en la Magdalena de la tabla benaventana. Son iguales las manos con dedos finos, largos y separados, que sujetan las cosas. Así, la forma en que Nicodemo coge el brazo del yacente, o la de María Magdalena sujetándole las piernas es idéntica a la del franciscano San Antonio sosteniendo el libro sobre el que está el niño Jesús del conjunto astorgano. Esta manera separada de disponer los dedos de la mano al sujetar objetos puede ser una herencia recibida del “Maestro de Villalobos”. Motivos y venta del retablo de San Antonio Abad en 1908 Con efecto indirecto de la Desamortización de Mádoz (1855), en 1896 se suprimieron las parroquias de las iglesias de San Martín de San Pedro y El Salvador quedando anejadas a la de Santa María del Moral. En 1903 se derriban las iglesias de San Pedro y El salvador y sus efectivos se vendieron o emplearon en la consolidación de la iglesia de San Martín y ampliación de la iglesia de Santa María del Moral, era párroco D. José Mayo Domínguez[20].
Este anhelaba poseer una gran iglesia en su parroquia y procedió a la ampliación de la última, para lo cual llegó a intercambió con el Ayuntamiento los suelos próximos por los que había dejado la destruida de San Pedro, donde posteriormente se construyeron las escuelas de los niños. El problema principal era el económico. La venta de solares, materiales, retablos e imágenes de las iglesias suprimidas no cubría el presupuesto de la ampliación. Había que vender hasta aquello más querido: “La imagen de Jesús Nazareno”, El pueblo protestó primero y se amotinó después. No hubo venta. Este es el motivo de que esta imagen continúe en la imaginería de esta villa.
Nos deja constancia el historiador D. Manuel Gómez Moreno en su “Catálogo monumental de la provincia de Zamora” 1927, publica la siguiente reseña referida a Villafáfila, lugar que visitó en el año 1903 y que le causó unos sentimientos que permanecían en su ánimo cuando redactó el libro: “Su aspecto de hoy no es para olvidarlo: todo pajizo, como brotadas sus casas y cercas espontáneamente del suelo, y en derredor muchos edificios cuadrados rematados en cúpula, que parecen cubas de moros, y no son sino refugios contra la lluvia, dispuestos en cada predio o era, y hechos con adobes y tierra amasada: visto esto en un día calmoso de verano, la ilusión de ciudad oriental es completa. Otro sentimiento experimenté allá, y doloroso pues las escenas de vandalismo demoledor que hicieron execrables ciertas revoluciones, con gran menoscabo de la cultura, se desarrollaban ahora pacíficamente, bajo la dirección de un párroco que, con una previsión digna de mejor causa, remediaba los efectos del abandono a que habrían de llegar las suprimidas parroquiales, echándolas al suelo y vendiendo sus despojos de todo género y hasta lo cotizable de la única iglesia conservada, con intento, según parece de agrandar esta última. Y, dicho sea en honor del pueblo mismo: su vecindario protestaba mientras tanto, con más sana lógica, de lo hecho.”[21].
Al describir la iglesia de Santa María: “un edificio gótico bastante galano, pero hecho de ladrillo, y aun quizá por artífices moros, observándose indicios de su arte peculiar en algunas formas de estructura, y en cuanto a su fecha, corresponderá al tiempo de los Reyes Católicos, si no más tarde”[22].
Llega a la sección Pintura donde apunta: “En el pequeño retablo de san Antonio Abad se conservan siete tablas góticas, procedentes de otro, coetáneo de los Reyes Católicos, pintadas al óleo y de estilo hispano-flamenco, recordando algo al maestro de Ávila. Son inocentes en su composición duras y sombrías de tono, sin ambiente ni arreglada perspectiva; rostros feos y de expresión torpe y grotesca. Las tres del banco figuran la Piedad, y los Santos Francisco y Antonio, Pedro mártir y Domingo, con sus nombres grabados en el oro de los nimbos, y paramentos brocados por fondo; además, a los santos acompañan un orante con ropilla roja y una señora. Las otras cuatro tablas, que miden 1,0 por 0,80 metros, representan escenas del santo abad, y en especial sus tentaciones.”. Con letra más pequeña anota, una referencia posterior. “Fueron llevadas estas tablas a Astorga, para formar un Museo diocesano, que no ha pasado de proyecto”[23].
Lo más “cotizable” que tenía la iglesia de Santa María del Moral, era el retablo de “Las tentaciones de San Antonio Abad”, que un pintor, El Maestro de Villafáfila, había realizado en el siglo XV, siguiendo el estilo de Fernando Gallego. El retablo estaba en venta, por la necesidad de dinero, por un lado, y la ignorancia del párroco y los vecinos, por otro. Su valor fue de 2.500 pesetas, pagaderas 1.500 en el año 1908 y 1000 pesetas en 1909, que fueron dadas por el obispado de Astorga, D. Julián de Diego y Alcolea (1904-1913).[24] El expolio estaba consumado. (Años después, D. José Mayo Domínguez fue designado canónigo de la catedral de Astorga). Otro obispo posterior, D. José Castelltort (1956-1960), mandó construir en la catedral la sala que lleva su nombre, en ella se expone el retablo expoliado. Lo había pintado el Maestro de Villafáfila[25], ahora convertido en Maestro de Astorga, después de cuatro siglos bajo su nombre y en su villa de Villafáfila. Reivindicamos el nombre de “Maestro de Villafáfila”. Este traslado figura asentado en el Libro de Fábrica de la iglesia de Santa María del Moral, según escribe D. Camilo Pérez, antiguo párroco, fallecido en 1991, en su estudio sobre las iglesias parroquiales de la villa[26]: “Pero otras veces se dice: para la ventana de San Antonio Abad. De lo cual se deduce que el altar de San Antonio estaba cerca de esa ventana. Por cierto este altar era valioso por unas tablas que representaban las tentaciones de San Antonio, y que se llevó el Obispado de Astorga en 1908 por 2.500 Pts.”[27]. Consultado el libro de Fábrica referido, inventariado como el nº 45 del Archivo Parroquial de Villafáfila, en el Cargo correspondiente al año 1908 se puede leer en la página 22: “Item mil quinientas pesetas que recibí del Sr. Obispo de Astorga a cuenta de los cuadros antiguos del altar de S. Antonio, quedando pendientes de cobro otras mil pesetas que reclamaré para el año próximo venidero”. Y efectivamente, dos páginas más adelante, en el Cargo del año 1909, el párroco, D. José Mayo anota: “Item mil pesetas que me entregó el Sr. Obispo para terminar de pagar las dos mil quinientas en que se tasaron las tablas del altar de S. Antonio”. Es posible que algunos interesados principalmente de Villafáfila se pregunten: ¿Cuántos millones vale actualmente el retablo de “Las tentaciones de san Antonio Abad? Una pintura como la descrita, con cinco siglos de antigüedad, no tiene precio. Es un tesoro que no se vende, se contempla y conserva. Afortunado quien la posee. Es patrimonio de la diócesis de Astorga y sus museos. Villafáfila, en un momento aciago de su historia, la perdió. Autor: José Luis Domínguez Martínez. Este trabajo es una combinación de los trabajos de D. Manuel de la Granja Alonso, D. Elías Rodríguez Rodríguez, D. Jesús Cuesta Salado y las descripciones hechas por el historiador D. Manuel Gómez Moreno. Espero más tarde que pronto acercarme a Astorga a ver las tablas, y poder fotografiarlas personalmente, seguro con pena de que no las podamos admirar dentro de nuestra iglesia de Santa María del Moral.
Bibliografía – Texto
Manuel de la Granja Alonso y Camilo Pérez Bragado: Villafáfila: Historia y actualidad de una villa castellano leonesa y sus iglesias parroquiales, 1996, pág 457.
Manuel de la Granja Alonso: “El carácter dramático y caricaturesco en la pintura hispano-flamenca (siglos XV-XVI)” Astórica: revista de estudios, documentación, creación y divulgación de temas astorganos, ISSN 0212-6141, Año 18, Nº. 20, 2001, págs. 205-224.
Manuel de la Granja Alonso El Arte de una villa castellano-leonesa Villafáfila 2008, pág. 112, 113 y 114.
Elías Rodríguez Rodríguez. Investigación sobre la autoría sobre Las tentaciones de san Antonio Abad. historiasdevillafafila.blogspot. https://historiasdevillafafila.blogspot.com/2015/01/san-antonio-abad-en-villafafila.htm
Elías Rodríguez Rodríguez. Parroquia de Santa María del Moral de Villafáfila. historiasdevillafafila.blogspot.com. https://historiasdevillafafila.blogspot.com/2022/10/parroquia-de-santa-maria-del-moral.html.
Jesús Cuesta Salado: Pintores Hispanos-Flamencos en el nordeste de la provincia de Zamora. BSAA arte LXXVI (2010), pp. 33-56, ©2010. Universidad de Valladolid ISSN 0210-957.
Manuel Gómez Moreno: Catálogo Monumental de España. Provincia de Zamora, 1927. págs. 314 y 316.
Fotografías: Manuel de la Granja Alonso. Elías Rodríguez Rodríguez. Jesús Cuesta Salado. viajeuniversal.com. tuvozdigital.com. José Luis Domínguez Martínez.
Transcripción, montaje y maquetación: José Luis Domínguez Martínez.
Todo texto, fotografías, litografías, transcripción, montaje y maquetación, los derechos son pertenecientes a sus autores, queda prohibida sin autorización cualquier tipo de utilización.
Todo texto y fotografía y litografías ha sido autorizado al almacenamiento, tratamiento, trabajo, transcripción, montaje y maquetación a José Luis Domínguez Martínez, su difusión en ©villafafila.net ®villafafila.net toro, y cualquier medio que precie el autorizado.
[1] Archivo Diocesano de Astorga. Códices 3-3, 15 [2] Pimentel, de la familia de los Condes de Benavente. [3] A.R.Ch.V. Pleitos Civiles. Quevedo f. C.2881-1 [4] Ibidem, pág 455. Lib. Fáb. Santa María del Moral, 1805-1853, pág 40 vta. [5] Rima que cantaba Dña. Albina Fidalgo Tejedor “Chonche” a su nieto José Luis Domínguez Martínez cada día de San Antón, y que recuerda como le mandaba siendo niño a ir por agua bendita, para bendecir los animales de casa. [6] Dibujada y echada por María José Ruiz Orduña. [7] Antes de 1905 la iglesia de Santa María del Moral era más pequeña, pues se llevó a cabo una ampliación, hacia la parte sus de la iglesia. [8] Lib. Fáb. Santa María del Moral, 1692-1771. pág 17. [9] Lib. Fáb. Santa María del Moral, 1897-1968, pág 22. [10] GRANJA ALONSO, M. de la, “El carácter dramático y caricaturesco en la pintura hispano-flamenca (siglos XV-XVI): Las tentaciones de San Antonio Abad del Maestro de Villafáfila en el Museo de la Catedral de Astorga”, Astórica, año XVIII, 20 (2001), pp. 205-220. [11] D. Jesús Cuesta Salado: Pintores Hispanos-Flamencos en el nordeste de la provincia de Zamora, BSAA arte LXXVI (2010), pp. 33-56, ©2010. Universidad de Valladolid ISSN 0210-957. [12] POST, Ch. R., A history of Spanish painting, vol. IV: The hispano-flemish style in North- Western Spain, part. I, New York, Kraus Reprint, 1970-1976, p. 154. [13] VELADO GRAÑA, B., La Catedral de Astorga y su Museo. Guía, Astorga, 1991, pp. 225-226 y 232-233. [14] POST, Ch. R., ob. cit., vol. IV: The Valencian school in the late Middle Ages and early Renaissance, part. I, 1970-76, pp. 242-246. [15] GÓMEZ-MORENO, M., Catálogo Monumental de España. Provincia de Zamora, 1927, p. 316. [16] VELADO GRAÑA, B., La Catedral de Astorga y su Museo. Guía, Astorga, 1991, pp. 225-226 y 232-233. [17] Así la titula Manuel de la Granja Alonso. [18] Así la titula Jesús Cuesta Salado. [19] tuvozdigital.com - https://tuvozdigital.com/las-edades-del-hombre-2024-villafranca-del-bierzo-y-santiago-de-compostela-se-preparan-para-una-exposicion-inolvidable/ [20] José Mayo Domínguez, de Justel, en 1903 nombrado párroco de Villafáfila, fue nombrado arcipreste. [21] Manuel Gómez Moreno: Catálogo Monumental de España. Provincia de Zamora, 1927, pág. 314 [22] Ibidem. [23] Manuel Gómez Moreno: Catálogo Monumental de España. Provincia de Zamora, 1927, pág. 316 [24] Lib. Fáb. Santa María, 1897-1968, pág. 22. [25] Jesús Cuesta Salado: Pintores hispano-flamencos en el nordeste de la Provincia de Zamora. BSAA Arte, ISSN 1888-9751, Nº. 76, 2010, págs. 33-56- págs. 35-49. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3418296.pdf. [26] Granja M. / Pérez C. 1996. Pág. 453. [27] Lib. de Fábrica 1897-1968, pág. 22,2º. |